One or more licenses for this book have been acquired by your organisation
details
Séneca dijo que la ira es el precipicio del alma, la peor de las pasiones. En ello siguió a Heráclito, a Sócrates, a Platón y a tantos otros. Pero aunque estuvo de acuerdo en mucho con Aristóteles, discrepó de que la ira pudiera ser beneficiosa.